¡Cantando bajo la ducha!
Hoy quería hablar sobre la ducha, el momento de cuidado o
higiene personal más habitual. No voy a hablar sobre productos químicos esta
vez, sino que me gustaría hablaros sobre esponjas.
Las esponjas son una herramienta para nuestra higiene
personal de uso muy frecuente. Estoy segura que muchos tenéis uno o varios de
estos productos en vuestros baños en cualquiera de sus variantes: manoplas,
esponjas de múltiples tamaños y colores, etc.
Las esponjas pueden ser naturales o sintéticas. Las esponjas
naturales son de mar o de lufa (también
conocidas como esponjas vegetales y sirven para exfoliar ya que son algo
ásperas). Las esponjas sintéticas pueden estar hechas de pulpa de madera o de
polímeros plásticos como el poliuretano. Aquí os dejo un par de pros y contras de cada
una de ellas para que podáis elegir la que mejor os convenga.
Esponjas naturales
J
Son consideradas por muchos profesionales
mejores que las sintéticas (aunque no he encontrado mucha evidencia científica). Parece que la absorción de agua es mayor. No
contienen productos químicos.
L
Algunos biólogos
creen que las esponjas marinas están amenazadas y son fuente de
alimentación de las tortugas marinas en peligro de extinción.
Esponjas sintéticas
J
Muchos más tipos de textura, rugosidad y forma:
variedad.
L
No son tan respetuosas con el medio ambiente.
Ahora bien, elijamos la que elijamos y, aquí viene lo
importante y la finalidad del post de hoy…Las
esponjas son una fuente de microorganismos y hay que lavarlas. Cuando nos lavamos con la esponja, las
células muertas de nuestra piel quedan retenidas en ella y, además, las solemos dejar mojadas hasta el próximo uso.
Todo ello sumado al ambiente húmedo y cálido que se forma en el baño, se crean
las condiciones ideales para que las bacterias y los gérmenes proliferen. Cada
vez que no se lave y se seque la esponja, los microorganismos se irán
reproduciendo exponencialmente.
Por tanto, si vamos a usarlas hay que seguir las siguientes
recomendaciones:
·
Lavarlas con un poco de lejía (5%) y enjuagarlas
bien o meterla en el lavavajillas.
·
Secarlas bien.
Incluso se puede meter un par de minutos en el microondas (suena raro
pero sí, acaban con las bacterias).
·
Si tienen color u olor raro…a la basura.
·
No compartirlas con toda la familia.
Otra opción es evitarlas (yo, personalmente, no las uso). Lo
que hago es usar un exfoliante corporal. Una opción más casera es utilizar sal
gruesa o los pozos del café con nuestro jabón, aunque hay muchos productos en
el mercado que hacen esta exfoliación mecánica.
Espero que os sirva la recomendación. ¡Feliz semana!
Nos vemos en el próximo Beauty post!
V.S.
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